Primeros votos del hermano Gastón López Marín, ofm – Chile

¡Que el Señor les de su paz!

Con mucha alegría y gozo les comparto unas líneas de cómo me encuentro en la actualidad, recién llegado a mí querida Argentina, a mí provincia San Francisco Solano, encontrándome con mis hermanos y seres queridos luego de haber finalizado el año de noviciado en la provincia Santísima  Trinidad en Chile.

La oportunidad de vivir la experiencia del noviciado fuera de la provincia me permitió revalorizar vínculos familiares, hermanos, costumbres, identidad de hermano menor como peregrino y forastero ¡el claustro es el mundo!… Vivir la minoridad desde la sencillez de ser vecino, lo simple de compartir la vida va constatando el anhelo de buscar con esperanza el Reino con otros, desde el encuentro fraterno, trabajo y oración.

Así mismo a 12 días de haber dado un paso enorme en mi entrega a éste proyecto humanizador, de dar vida a otros con mi vida, siguiendo las huellas de Jesús pobre y humilde, estoy muy muy contento. Tanto que cuando intentaba leer la fórmula de profesión me contenía de no llorar, un momento cargado de historia y afectos que se condensaba en un instante, sostenido y acompañado por la oración de muchos.

La certeza que el Padre de las misericordias se da en abundancia y nos colma de vida plena a través de vecinos-amigos que fueron testigos del año de formación; hermanos itinerantes que fueron conducidos por la Providencia manifestada en rostros e historias concretas del camino; hermanos chilenos que acogieron mí proceso con mucha hospitalidad y cercanía.
Muy agradecido de lo vivido y, hoy en día, esperanzado por esta nueva etapa que se me presenta como menor y hermano.

 

Hermano Gastón López Marín