Queridos Hermanos, el Señor les de su paz! – Ministro Provincial

Les presentamos el nuevo modo de comunicarnos que busca profundizar y aligerar nuestra comunión de vida. Hermanos, vivir es comunicarse. La vida es un matrimonio con la palabra. Con ella caminamos de la mañana a la tarde, nos acompaña como si de nuestra respiración se tratara, y de hecho lo es: “somos nuestra palabra”. Pero la palabra no agota por sí sola el anhelo a la comunicación que tenemos. La palabra, la comunicación es símbolo de relación. Todo el ser humano tiende a la relación, todos sus componentes parecen hechos para el intercambio, todo él está abierto, solicita reciprocidad. A veces aparece como un lenguaje misterioso que hay que descifrar, otras como lenguaje celebrativo que invita a participar. Es el umbral de la comunión.

Estamos hecho para para la comunión. No sólo porque necesitamos de los demás, sino porque sólo cuando nos comunicamos nos reencontramos. Hay algo de lo propio que se desvela y se reconoce a sí mismo en la comunión. Es por eso que la comunicación no es accidente sino un fenómeno esencialmente vital.

Queremos una comunicación integradora que nutra todas nuestras presencias. Que nos proporcione una mayor comprensión de la complejidad lo humano. Que nos anime en un conocimiento de la verdad que siempre es relación. Creemos en una comunicación que supere la fragmentación o el recorte arbitrario de la realidad.

Francisco concibe la conversión como el desvelamiento de que es un ser relacional y que, por tanto, su crecimiento como persona está confiado al diálogo y a la comunicación. Esta iniciativa del Dios que llama y que espera una respuesta es el comienzo de una toma de conciencia que exige comprenderse para poder responder como interlocutor. Un hombre tan simple y tan pacificado como San Francisco de Asís tiene algo que decirnos en nuestro mundo consumista y fugaz, complicado y mediático. Este santo de la Edad Media parece haber sentido y comprendido nuestro drama de antemano. Necesitamos que nos contagie su sabiduría,  su pobreza y simplicidad. Hermanos en  un mundo violento, erigido con muros y excavado con fosas, el universo de Francisco de Asís nos ofrece una mirada llena de respeto. Sus ojos se habían vuelto maravillosamente humanos. Su horizonte no era la cristiandad, sino Jesucristo, a quien amar y al ser humano a quien salvar. Eso es lo que llevó a Francisco más allá de las fronteras del cristianismo. En medio de la cruzada, partió hacia el Este para reunirse con los que no pensaban como él. Su desinteresada actitud quiso salvar la brecha entre Occidente y Oriente.

Que podamos animarnos a ser espacios de comunicación y comunión, en medio de tantas brechas que nuestro país sufre. Como Hermanos Menores tendríamos que salir más allá de las fronteras de nuestras divisiones sociales, políticas y/o culturales. Que nuestras presencias sean, en continuidad con el sueño de Francisco, un espacio de Misericordia, un lugar donde pueda ser curada la lepra de la pobreza, del maltrato, de la injusticia, de la mentira, del atropello, de la postergación, de la exclusión.

Esta es nuestra Buena Noticia Pascual, la comunicación es el descubrimiento y la construcción de la proximidad. Animémonos a reducir tantas distancias. Los animo hermanos, a reconocer en este medio una posibilidad para acompañarnos en la fidelidad.

 

Hermano Daniel Fleitas

Ministro Provincial