UN SUEÑO QUE SUEÑAS CON ALGUIEN ES UNA REALIDAD

“Un sueño que sueñas con alguien es una realidad”

Viaje de Egresados de jóvenes y no tan jóvenes de Pichanal a San Rafael

“Un sueño que sueñas con alguien es una realidad” rezaba un cartel que nos regalaron los misioneros de Bahía Blanca en julio de este año. Creo que esas palabras reflejan mucho de los sueños que vamos viviendo en La Misión San Francisco. “Viajar”, en la actualidad, es un sueño recurrente de muchos jóvenes de nuestro país y los jóvenes de la Misión pudieron hacerlo realidad gracias a la GENEROSIDAD de una comunidad que se puso al servicio. El 1 de Septiembre nos fuimos de viaje de egresados a San Rafael con jóvenes que están en 5to año del Colegio Fray Mamerto Esquiu (Colegio Secundario de la Misión), otros jóvenes ya egresados con los cuales compartimos diferentes actividades comunitarias, dos bebes y algunos adultos.

Desde el momento que nos subimos al micro todo fue un regalo. Muchos jóvenes y aun padres manifestaban que era la primera vez que salían de la comunidad, palabras como “Cuídemelo mucho”, “Disfruta todo”, “Ojala yo hubiese tenido esa oportunidad” o aun “¿Se podrá hacer este viaje con mis
compañeros egresados del 98?” resonaban en la despedida en la puerta de la Iglesia. El viaje duró 24 horas. 24 horas de mirar por la ventana con gran asombro y alegría paisajes diferentes, ciudades, comunidades, provincias distintas.

Cuando llegamos nos recibieron Lucho y Fede quienes desde ese momento -o en realidad ya hacía mucho tiempo- se pusieron al servicio para hacer de nuestra estadía un viaje inolvidable. Esa misma tarde fuimos a conocer la Bodega Labiano y la Finca Lucato: conocimos como es la elaboración del vino y como se trabaja en la cosecha de ciruelas. Los días siguientes no paramos de hacer muchísimas actividades: hicimos rafting, trecking al cerro victoria, paseamos por el dique, fuimos a EUCA –bosque aéreo- donde realizamos diferentes pruebas de árbol a árbol, conocimos la ciudad de la mano de algunos alumnos de 5to del colegio San Antonio, conocimos un campo de olivos en Yancanelo, tuvimos una fiesta de disfraces, hasta recibimos la visita de un gran Astrónomo que nos mostró la luna y nos regaló un cúmulo de estrellas con forma de mariposa…TODO fue un gran REGALO. Fuimos cuidados y tratados con mucha delicadeza, ternura. Cada gesto, actividad y momento estaba pensado para que la pasásemos muy bien.

A la vuelta decidimos pasar por Salta. Allí nos esperaba la comunidad del Convento San Francisco quien además de recibirnos con el desayuno nos llevó a recorrer el Museo del Convento. Allí fue un volver en el tiempo… quizás lo más emocionante fue escuchar palabras de Doña Teo hacia uno de los jóvenes “esa es tu abuela” señalando en una foto a una mujer en la sala “Al servicio de  los más humildes”. Después conocimos el Museo de Alta Montaña. Al mediodía nos recibieron en la UNSA (Universidad Nacional de Salta) allí almorzamos y recorrimos todas las facultades tratando de conocer y escuchar la oferta educativa de la universidad. A la tarde, antes de volver, recorrimos también la UCASAL (Universidad Católica de Salta)
en donde pudimos seguir escuchando y compartiendo nuestras dudas, inquietudes y búsquedas en torno a nuestro futuro próximo.

Sin duda fueron unos días donde vivenciamos la GENEROSIDAD, de mucha gente que conocimos y otra tanta que no, que quisieron compartir lo que tenían con nosotros. Muy AGRADECIDOS por haber podido experimentar el cuidado y cercanía de la familia Franciscana y de las comunidades que nos recibieron.

Agustina Bonetto

 

Testimonios del sueño hecho realidad…

«A mi edad…muchas cosas bellas… si bien no soy egresada, me toco de acompañarles… lo pasamos muy bien… cuando hemos ido a la bodega, finca de ciruelas, las aceitunas. El aprecio de la gente fue muy lindo… el viaje… los jóvenes se portaron de diez con nosotras. A pesar de la enfermedad de doña teo, pasamos muchos momentos felices con ella en la cocina. Los frailes que se fueron de aquí los encontramos allá. Cada noche tenía algo especial. El Padre Martin en ningún momento se descuidó de nosotros, se portó más que un padre… todo lo que necesitábamos estaba a disposición de nosotros.»

Claudia Tejada

 

“Pensé que nunca iba a hacer un viaje a esta edad que tengo 53 años. Descanse, disfrute mucho el viaje. El lugar era muy … (sin palabras) nunca pensé que iba a conocer un lugar así. Compartí muchas cosas con Doña Teo, Teresa, con gente que vive en la misma comunidad pero nunca habíamos hablado. Estoy muy agradecida con la gente de allá. Hice rafting, el agua era fría, el Padre nos tiraba agua desde el otro bote, era helada. Me divertí
mucho.”

Agueda Aquino

 

“uhh muchas cosas…todo me ha gustado. Lo que hacíamos… compartíamos en la cocina, con los chicos, salíamos a pasear. Todo hermoso. En el colegio también lo hemos pasado bien. La atención de Lucho. Todas las tardes teníamos visitas. Se hizo cortito”.

Rafaela Gómez

 

“La posibilidad de recibir a los chicos de Pichanal en Septiembre fue una gran alegría. Es experimentar un desborde de gratuidad de parte de todos los que suman su esfuerzo, desde la Misión San Francisco, desde la comunidad de San Antonio, y de otros, que sin compartir nuestra fe, entendieron y respondieron a gran viaje de egresados.

Es muy lindo que nos visite el norte, el cual nos recibe todos los años, que podamos compartirles nuestros paisajes, cultura, cercanía, como ellos lo hacen cálidamente cada vez que pisamos su tierra. Es seguir construyendo lazos, sabernos más hermanos”

Lucho Lucato

 

Todo estudiante tiene la esperanza y espera con ansias la posibilidad de poder vivir ese viaje de sus sueños… Ese sueño de viajar junto a sus compañeros, de conocer nuevos lugares, de disfrutar, y por supuesto, de que sea algo inolvidable.

Yo fui como todos, con las expectativas altísimas, esperando y haciendo la cuenta regresiva hasta que llegará el gran día. Anteriormente había escuchado testimonios o experiencias contadas por otros que tuvieron la posibilidad, pero ahora me tocaba a mi, ahora me tocaba disfrutar a mí, ahora me tocaba vivirlo a mí!

Y claro, luego de un extenso viaje, que parecía eterno, arribamos en San Rafael, al fin, ahora se venía lo mejor, se venía eso por lo que tanto esperamos.

Pasamos los siguientes días en un hotel y cada mañana nos levantábamos muy temprano para realizar distintas excursiones, conociendo nuevos paisajes, descubriendo y aprendiendo sobre la historia de la ciudad, conociendo gente nueva, y por supuesto divirtiéndonos y pasándola de maravilla, que era lo que desde un principio esperábamos.

Más allá de la adrenalina que sentimos al hacer rafting o el asombro que sentimos al conocer cómo se fabrica la bebida característica de Mendoza (el vino), o la sorpresa que nos dio el astrónomo al hacernos descubrir los distintos planetas y estrellas, o el cansancio que sentimos todos al hacer trecking visitando el hermoso cerro Santa Victoria, o las ganas de estudiar que se nos vinieron después de visitar las universidades en la Ciudad de Salta, entre otras cosas, porque además de eso, jugamos en un parque aéreo, visitamos los grandiosos diques, conocimos el centro de la ciudad y así más actividades que disfrutamos a lo largo de los días…

No digo que la pasé mal, es más, la pase excelente, fue el mejor viaje de mi vida, superó mis expectativas, y claro, no fue como yo creía que iba a ser, fue mejor, mucho mejor y además con una gran sorpresa.

Sabes cual es esa sorpresa? Me sorprendió la gente que conocí, la gente de San Rafael, porque nos brindó su afecto desde el primer minuto en que llegamos, recibiéndonos de muy buena manera, acompañándonos en el día a día, en cada excursión que hacíamos, en cada actividad que realizábamos, siempre estando presente, visitándonos y compartiendo todas las noches con nosotros. Y además fueron ellos quienes hicieron posible nuestro viaje, laburando durante todo el año y sin que nosotros nos diéramos cuenta de eso.

Ahora entienden lo que significa todo esto? Está gente, jóvenes, frailes, y muchas otras personas más, porque realmente fueron muchos los que colaboraron de alguna u otra manera para que todo esto sea posible, le cumplieron el sueño a chicos y adultos, hicieron realidad ese sueño que teníamos todos…

Lo único que nos queda es agradecer, porque vamos recordarlo por siempre, y por supuesto, también vamos a recordar por siempre a todas esas personas que hicieron todo esto posible: Fray Martin, Lucho, Fede, Agus, la fraternidad franciscana, los jóvenes de San Rafael, la gente de la UNSa, la gente de la UCASAL, y así muchísimas personas más.

¡GRACIAS POR TANTO!

Lucas Ramírez