ENCUENTRO NACIONAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PLAN PASTORAL EDUCATIVO DESDE LA ESPIRITUALIDAD DEL CUIDADO.

El pasado 24, 25 y 26 de octubre del 2023 nuestras comunidades educativas de todo el país se reunieron en la Casa de Jóvenes “Hermano Francisco” (Buenos Aires) para ahondar en la construcción del Plan Pastoral Provincial Educativo. Sostenidos en el principio de la Espiritualidad del Cuidado, se trabajó fuertemente sobre el Pacto Educativo Global, el análisis de las directrices y protocolos y las nuevas realidades que atraviesan las mismas instituciones.

Bajo el lema “La osada esperanza al despuntar la Aurora”, cada Comunidad Educativa resignificó su propia experiencia en torno al cuidado del otro, la reivindicación de los principios franciscanos y el sostenimiento de la humanidad en un mundo cada vez más deshumanizante. Para ello, los colegios se sirvieron de charlas, talleres y celebraciones espirituales que abordaron la temática desde diferentes perspectivas. Así, el verdadero desafío radica en el redescubrimiento de un nuevo humanismo franciscano que ponga en el centro al “otro”.

Luego de una cálida bienvenida a los invitados, el Ministro Provincial Fr. Daniel Fleitas OFM compartió algunas reflexiones haciendo un llamado a recuperar las coordenadas de Francisco, anunciando la belleza del encuentro y revalorizando la capacidad auténtica que tenemos de relacionarnos. Es decir, si queremos poner a las escuelas en clave pastoral, debemos reconocer que toda acción de nuestra historia es pastoral, desde la presencia, la relación, el encuentro, la acogida, la mirada y el comportamiento fraternal, tal como lo hacía Francisco.

Posteriormente se trabajó a la luz del Pacto Educativo Global, haciendo hincapié en la importancia del mismo al invitarnos a reforzar las alianzas entre personas, proyectos, instituciones y estados. Para ello, la Dra. Nancy Romero recalcó que los educadores debemos asumir un triple coraje. Primero, poner a la persona en el centro, reivindicándola frente a nosotros mismos; segundo, trabajar con creatividad y responsabilidad, analizando las tendencias globales que impregnan nuestros desafíos; y tercero, formar personas al servicio de la comunidad, habitando la Casa Común desde una auténtica “relación”.

Más tarde, junto a Fr. Agustín Jara, se profundizó la perspectiva de la Espiritualidad del Cuidado y la Prevención. Sabiendo que debemos construir espacios de amparo para alejar la despersonalización del hombre, él nos propone ser más humanos. Es allí donde inicia el proceso de espiritualización del cuidado, estableciendo una verdadera “Revolución de la ternura”. Frente a la realidad se nos presenta la humanidad, y es en ella que debemos ser capaces de “construir el cuidado”.

Ante la urgencia de construir una espiritualidad del cuidado como horizonte educativo, también fue preciso atender las nociones de vulnerabilidad tan relegadas por la sociedad. De la mano de la Lic. María Luján Manzotti, las comunidades educativas comenzaron a vislumbrar las claves del paradigma de la vulnerabilidad en torno a aquellos cuerpos ocultados, invisibles, ausentes. Esto es preciso ya que, independientemente de quiénes seamos, todos, sin excepción, experimentamos la fragilidad y el límite inevitable de nuestros cuerpos. Debemos encaminarnos hacia una somatopolítica que nos ponga la vulnerabilidad en el frente y nos enternezca desde las “entrañas”.

La importancia de compartir entre comunidades educativas radica en que, al hacerlo, se libera la creatividad, se permite la construcción de criterios en común y se amplían las miradas y perspectivas individuales y colectivas sobre una misma problemática. En esta retroalimentación positiva, cada cual se lleva consigo sus desafíos y esperanzas en torno a sus proyectos institucionales, poniendo al otro en el centro de una realidad educacional, familiar y cultural que lo atraviesa.

Fue así que todas nuestras comunidades realizaron en conjunto una primera aproximación hacia la construcción del Plan Pastoral Educativo en todas sus dimensiones. Cuidado, acompañamiento, alianza, caminar, juntos, transformación, misericordia, escucha, conmover, construcción colectiva, ternura, fortaleza, empatía, compasión, posibilidad, luz, prójimo, acompañamiento, integración, alegría fueron algunas de las expresiones que usaron los participantes del encuentro al tener que definir en una palabra sus experiencias. En conclusión, cimentados bajo el principio de Educar para la paz, este encuentro establece que debemos actuar en favor del desarrollo y cuidado de ciudadanos y ciudadanas que asuman el compromiso de cambio social en conjunto, debiendo garantizar, para ello, la participación de toda la comunidad educativa en el proceso.

De regreso en nuestras comunidades es momento de llevar a la práctica todo lo compartido y aprendido en el encuentro. Llenos de esperanza y con la certeza de que nuestra provincia camina en unidad hacia la construcción de un presente y un futuro mejor, guiados por Francisco y Clara, con el compromiso de continuar trabajando la espiritualidad del cuidado.