Manifiesto de nuestros jóvenes

Seguidores empeñados de esta vida

Encuentro nacional de jóvenes franciscanos

Provincia San Francisco Solano

Introducción

Los días 26 de febrero al 1 de marzo de 2022, en el fin de semana de carnaval nos reencontramos 150 jóvenes de todas las presencias que somos parte de la Provincia San Francisco Solano, también estuvieron muchos hermanos, se hicieron presentes también las hermanas clarisas.

Nos guio durante estos días el lema “Seguidores empeñados de esta vida” en el contexto de la celebración de los 800 años de la Forma de vida escrita por Francisco y los hermanos.

  1. El Seguimiento, Discípulos más que apóstoles.

Abrevando nuestra espiritualidad en la Palabra y en particular en estos días en el cuarto Evangelio, ahondamos nuestro llamado y nuestra vivencia de discípulos, de seguidores de Jesús.

Dimensión que incluye a todos y que se hace vida en lo cotidiano, desde las características propias, desde las opciones vitales, desde los irrenunciables que cada uno de nosotros va descubriendo en el caminar de la vida.

Este seguimiento es a la vez que personal, comunitario, y no solo se actualiza, sino que se reescribe hoy por y para nosotros y por y para el mundo de hoy.

Frente a los desafíos cotidianos de concretizar nuestro seguimiento nos vemos desafiados a intentar no moralizar la vivencia del Evangelio, queremos salir del deber ser para adherir apasionadamente desde nuestra libertad a la propuesta de Jesús y Francisco.

No queremos imitar a nadie, no queremos ser otro Jesús u otros Franciscos, sino plenamente nosotros, descubrir y vivir nuestra identidad de discípulos en este siglo, en este contexto.

Nuestro seguimiento está necesitado de recuperar la libertad y la conciencia de proceso con lo que ello implica de crisis, dudas, aciertos y desaciertos, de diversidad etc.

Hoy convivimos con la ilusión de querer todo ya, no aceptamos con facilidad los procesos. Esperamos el éxito para ser feliz. Reconocemos como muy importante y necesitamos espacios y personas que nos escuchen y nos acompañen en esos procesos.

  1. El Dios en quien creemos y queremos creer.

Nuestro seguimiento está muy influenciado por la imagen de Dios que tenemos, una vez más nos preguntamos ¿En qué Dios creemos? ¿En qué Dios queremos creer? Y más aún ¿Quién es Dios?

Desde Francisco nos vemos seducidos por la paradoja de este Dios que es siempre Mas, que nos excede, que no llegamos a delimitar, que no podemos definir, pero que los reconocemos presente en lo siempre menos, en lo que aparentemente no es Dios.

No queremos un Dios que nos sirva para algo, sino vivo en la pequeñez y cotidianidad, en los nuevos pesebres, en los crucificados de hoy y en la cotidianidad de un poco de pan compartido entre todos.

  1. Los leprosos de hoy.

El encuentro con el leproso que fue transformando la vida del Hermano Francisco, es un encuentro que hoy nos sigue incomodando, a la vez que seduciendo y conmocionando.

¿Quiénes son los leprosos hoy? ¿Quién acompaña a quién? ¿Quién salva a quién? ¿Existe en realidad alguien que ayuda y alguien que es ayudado?

Tenemos experiencia en nuestras pastorales y en nuestros trabajos que somos nosotros los modificados, los evangelizados, los misericordiados cuando nos acercamos a personas sufrientes.

  1. Las mujeres en los espacios eclesiales.

La presencia de tantas jóvenes laicas mujeres viviendo el carisma, la presencia de las hermanas clarisas y la presencia de una biblista mujer ayudándonos en la reflexión y profundización nos hizo muy bien y nos ayudó a sentirnos representadas y protagonistas.

El lugar de la mujer en la iglesia sigue siendo una lucha, un debate y una búsqueda.

  1. Nuestros vínculos en el mundo de hoy. Llamados al perdón

Los jóvenes reconocemos que vivimos en una sociedad que muchas veces la experimentamos como marcadamente individualista, con un ritmo de vida muy acelerado y múltiple, por momentos vivido  como caótico y con un ego que siempre quiere hacer valer la propia postura como la mejor o la más importante incluso aun como la única. Por eso nos preguntamos ¿Cómo vivir el perdón utópico al que nos provoca Francisco de Asís? ¿Cómo buscamos caminos de unión? Nos reconocemos muy desafiados por esta propuesta. Muchas veces nos enseñan en nuestra catequesis la misericordia solo como un rasgo divino, pero imposible de ser vivido y llevado a la práctica por nosotros.

Frente a las pequeñas y grandes violencias que experimentamos cotidianamente nos damos cuenta de que muchas veces no tenemos una mirada de paz. Hay cosas muy cotidianas de nosotros mismos que de alguna manera colaboran con esas guerras, que permitimos que pasen y sigan pasando. ¿Cómo ser más franciscana/o en las cosas que más me cuestan de la sociedad hoy?

La clave de hacernos cargo de lo que pasó, sin tirarle la culpa a los otros, de nombrar y reconocer pueden ser un buen inicio de protagonismo hoy y ahora.

También nos vemos viviendo en un mundo marcado por bandos, por grietas. Cualquier temática se vuelve ocasión de división. Acá también Francisco nos vuelve a tensionar con su invitación a amar y respetar la diversidad.

Existen diversidades de todo tipo, una que nos convoca y que necesitamos seguir dialogando es la diversidad sexual. Los jóvenes hoy nos experimentamos en crisis a la hora de querer dialogar y repensar nuestra sexualidad. Creemos que el Evangelio y Francisco tienen algo para decirnos en esto. Sobre como buscar nuestra identidad sexual. En muchos de nuestros grupos no tenemos personas que nos ayuden a pensar por fuera de lo “tradicional”.

Queremos que nadie por ningún motivo se sienta o se quede afuera, porque la invitación es para todos y especialmente para las minorías.

  1. El llamado de la Creación

El tema ecológico y del cuidado medioambiental es una temática urgente y que reconocemos que no esta tan presente en medios o espacios eclesiales y de nuestros grupos. Muchos de nosotros tienen en la vida cotidiana actitudes y gestos de cuidado del ambiente y de la creación, pero reconocemos que nos debemos de espacios para profundizar, para formarnos, para que esta dimensión sea parte integral de nuestra espiritualidad.