¿Hemos perdido una iglesia en Esmirna?

El  6 de abril de 2023, el Ministro general de la Orden de los Frailes Menores (OFM) y el Patriarca de Constantinopla firmaron un acuerdo para ceder el uso de la Iglesia de Santa María en Çankaya (Esmirna) a la comunidad ortodoxa. Un gesto verdaderamente generoso por parte de la Orden y también de la Iglesia católica latina. Es realmente una iglesia grande y hermosa en el centro de la ciudad.

No debemos dar por sentado que una iglesia se pueda ceder tan fácilmente en un contexto como el de Turquía, donde durante muchos años no se han construido nuevas iglesias.

La Orden no sólo quiso responder positivamente a la llamada telefónica del Papa Francisco para dar en uso la iglesia, sino también hacer un gesto de fraternidad y ecumenismo.

Precisamente por eso la pregunta. ¿Hemos perdido los católicos una hermosa iglesia? Por un lado, sí. Porque por el período por el que se concedió no será de nuestro uso ordinario. Por otro lado, no, porque nosotros, los Frailes Menores, queremos ver en esto una oportunidad para hacer actividades juntos y encontrar formas de trabajar de una manera más cercana con la Iglesia ortodoxa.

De hecho, cuando las dos comisiones se reunieron para discutir y llegar a un acuerdo sobre cómo hacerlo, y para ajustar todos los detalles legales del asunto, expresaron el deseo de usarla para algunas fechas muy importantes para los católicos, pero también para ver cómo convertirla en un lugar de encuentro ecuménico. Todo esto aún está por verse y organizarse. Pero tenemos que decir que esta voluntad ha sido expresada por ambas partes.

Para nosotros, los Frailes Menores, es también un fuerte llamado a la «no apropiación». Una nota característica de nuestra vocación. San Francisco siempre luchó contra esta «enfermedad» del alma que se manifestaba sobre todo en el «vómito de la propia voluntad», como contrario a la voluntad de Dios.

Como una clara oposición a lo que un superior podía mandar a un súbdito mientras no estuviera en contra de la regla. Incluso si el súbdito viera algo mejor. Pero que se extendía otras áreas de la vida y se convertía en una oportunidad para convertirse en propietarios de muchas cosas.

Y es precisamente por eso que, nosotros los frailes, en la vocación de Francisco de vivir dentro de la Iglesia y siempre fieles a la autoridad petrina, no hemos dudado en obedecer.

¿Hubo resistencia? Ciertamente. No es una iglesia sin historia, muchos fieles han vivido momentos importantes de sus vidas allí, muchos frailes también han pasado y dado sus vidas allí, la iglesia ha visto la brutal transformación de la ciudad, ha pasado terremotos, incendios, expropiaciones y muchos eventos. La iglesia de Santa María fue inaugurada después de grandes esfuerzos en 1698. Se quemó el 16 de agosto de 1889 por razones desconocidas. Fue restaurada en 1891 con el apoyo del emperador austríaco Francisco José. Como se sabe, la iglesia estaba bajo los auspicios de Génova y Venecia. Pero cuando estas repúblicas perdieron su libertad, quedó bajo protección austriaca. Y oficialmente quedó bajo la protección de Italia en 1919.  La iglesia de Santa María no se quemó en el incendio de 1922, pero el edificio del convento, que ya no está disponible, fue dañado. La mayoría de los residentes que habían huido del fuego se refugiaron en la iglesia.

Deseamos a la comunidad ortodoxa mucho éxito en el acompañamiento de estos fieles que han aumentado debido a las dificultades conocidas por todos en sus países de origen, para que puedan encontrar apoyo en la celebración de su fe y acompañamiento en sus pastores.

Para nosotros, deseamos el comienzo de una nueva forma de estar en Esmirna, más atenta también a aquellos que vendrán a encontrarnos a la iglesia que todavía tenemos en Bornova.

Esperamos un nuevo camino de cercanía y trabajo junto con la Iglesia ortodoxa de Esmirna, siempre con el deseo en nuestros corazones: ut unum [sint] simus.

Fr. Adrián E. Loza, OFM